Los perros y los gatos son dos de las especies más comunes como animales de compañía, llegando a contar, en muchas ocasiones, con ambos en un mismo hogar. Sin embargo, la convivencia entre ambas especies no siempre es fácil.
Por ello, ¡vamos a darte unos consejos para lograr una buena convivencia entre perros y gatos!
Conocer a nuestras mascotas
Cuando tenemos en casa un perro y un gato, no suelen entrar de manera simultánea en nuestro hogar. Esto haría más fácil la convivencia, ya que se incorporan los dos a un espacio nuevo y ajeno para ellos que, además, deben compartir. Por esta razón, nos encontramos con más problemas a la hora de introducir una nueva mascota cuando ya tenemos otra viviendo con nosotros, invadiendo, de esta manera, su espacio y atención.
Debemos conocer e informarnos sobre el comportamiento de nuestras mascotas para saber cómo pueden reaccionar o desarrollar la relación con su nuevo amigo.
En los gatos, siempre vamos a notar un comportamiento más independiente, todo lo contrario que en los perros, siendo estos más sociables. Los perros entienden de una forma más rápida que existe una jerarquía y, por ello, su adiestramiento es más fácil que en el caso de los gatos.
Organización en el hogar
Si nuestras mascotas, a pesar de ser de especies distintas, se conocen desde cachorros, la relación puede ser mucho mejor. Si, por el contrario, se han conocido en un periodo posterior, debe planificarse un poco cómo van a conocerse.
Nuestra mascota actual debe tener claro dónde está su bebedero y comedero, donde duerme y cuál es su espacio. En el caso de que el nuevo miembro sea un gato, nuestro perro debe ser muy obediente, dejándole su espacio cuando se lo indiquemos. Por el contrario, si la nueva mascota es un perro, el gato debe sentir que tiene su zona de seguridad en el hogar, donde no pueda estar nadie más.
El encuentro entre perros y gatos
Debemos estar muy atentos en los primeros encuentros, ya que no podemos llegar a conocer del todo la reacción que pueden tener. Lo más recomendado para estos casos es tener al perro atado y que exista una distancia de seguridad para ver sus reacciones.
Si vemos que van reaccionando bien, debemos pasar al siguiente paso: el olfato. Las mascotas, para conocerse, deben conocer su olor. Aunque al principio no estén en contacto, debemos ir poniendo juguetes y accesorios que tengan el olor de la otra mascota para que se vayan acostumbrando a su presencia.
Nunca podemos saber qué clase de relación tendrán nuestras mascotas, por lo que debemos darles tiempo para que estrechen el contacto y se hagan el uno al otro. De este modo, pueden llegar a tener una relación en la que puedan convivir respetándose o que convivan y jueguen en todo momento.
En cuanto a la comida, debemos dejar claro, sobre todo en el caso de los perros, cuál es la suya y cuál no, haciendo hincapié en que no debe comerse la del gato. Esto es algo común, pero deben respetar lo que es de cada uno para evitar enfrentamientos.
En algunos casos, parece casi imposible que se vaya a establecer una relación entre ambas especies. Si nos vemos en este tipo de casos, lo más recomendado es comentárselo a nuestro veterinario y que nos aconseje sobre ello.
