• 14 septiembre, 2015

Hoy os traemos una bonita y emotiva carta que nuestra amiga María José escribió a Mina, una preciosa gatita negra que compartió con ella algunos de los mejores momentos de su vida.

 

MINA

La princesa que me conquistó

Recuerdo los nervios cuando llegaste y las preguntas que me hacía a mi misma:

¿Cómo serías? ¿Congeniaríamos? ¿Te sabré cuidar?

No necesité respuestas, fue verte asustada dentro del transportín, cansada del largo viaje, mirándolo todo con tus preciosos ojazos, sin una queja ni un lamento… y supe que como poco la experiencia sería inolvidable. Desde ese día nuestra relación fue avanzando como todo en la vida, despacito, con paciencia y mucho cariño hasta ver como tu lógica desconfianza inicial se iba transformando en tímida aceptación y más tarde en sincero afecto.

Contigo venía un virus llamado leucemia felina, traicionero e incurable. Tú vivías feliz ajena a la sentencia que el virus suponía y yo me propuse darte la mejor calidad de vida posible y lo más importante… todo mi amor. Quiero creer que conseguí las dos cosas aunque en el fondo de mi corazón siempre albergué la esperanza de que sucediera un milagro, soñaba con un tratamiento efectivo, con una curación espontánea… soñaba con ser capaz de burlar al destino.

Te traje para cuidarte dos meses y hemos compartido nuestras vidas durante dos años y medio maravillosos. Siempre te alegrabas de verme, te gustaba dormir a la bartola, los mimos y las caricias, jugar con tus ratitas y pelotitas y destrozar un rascador tras otro con tus afiladas uñas. Eras tan buena, noble y agradecida que a veces pensaba que no eras de verdad, pero entonces te acariciaba la barriga y te enfadabas porque no te gustaba y me dabas un toque de atención con tus patas mientras me mirabas desafiante como diciendo ¡¡Eh quieta, eso no!! y yo me decia ¡¡Bien, es de carne y hueso!! mientras se me escapaba una gran sonrisa.

Por las noches dormíamos juntas y a veces de madrugada me despertabas con algún ruido y entonces mirábamos el cielo estrellado a través de la ventana, en el silencio de la noche olfateabas el aire y lo observabas todo con tanta curiosidad!! Me has dado momentos de absoluta felicidad y la amargura que siento ahora tras tu partida terminará pasando pero los buenos recuerdos perdurarán para siempre. Al final el virus ha ganado la batalla como era de esperar dejándome completamente vacía, desolada y rota. Pero volvería a traerte mil y una veces a pesar del dolor que ahora siento porque has sido  mi dulce panterita, mi princesita Minasteriz como me gustaba llamarte y formarás parte de mi familia para siempre.

Es imposible resumir en unas pocas líneas una historia de amor tan corta como intensa, sé que donde estás ahora solo hay cosas buenas para ti pues vives en el mejor lugar posible… mi corazón. Y mi corazón te ha querido, te quiere y te querrá a golpe de latido hasta el final de mis días. Siempre que me necesites ahí estaré contigo, con maya y con papi… mis tres amores.

Tres amores que se han ido, algunos que aún tengo y otros que vendrán.

La capacidad de amar es la más extensa e inagotable del universo.

Te quiero mucho pequeñita, nunca te olvidaré.

Mina1

Mina

1 de Enero del 2010 – 17  de Diciembre del 2014

 

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