Uno de los parásitos más peligrosos para tu perro son las garrapatas. Además de alimentarse de su sangre, pueden trasmitir enfermedades, algunas de ellas mortales. Por eso es tan importante localizarlas cuanto antes y eliminarlas. Te explicamos cómo quitar una garrapata a un perro.
Cómo quitar una garrapata a un perro utilizando unas pinzas
La manera más eficaz para quitar una garrapata a un perro es utilizando unas pinzas. En tu tienda de mascotas encontrarás algunos modelos específicos. Pero si tienes que hacerlo ya y no dispones de ellas, puedes utilizar unas de depilar.
¿Cómo son las garrapatas? Estos parásitos son oscuros y similares a los chinches, pero con una cabeza muy pequeña y el cuerpo, proporcionalmente, mucho más grande. Pueden ser tan pequeños como un grano de arroz o grandes como un hueso de aceituna.
Antes de quitar una garrapata es bueno revisar bien todo su cuerpo para descartar que tenga más. Acaríciale a contrapelo y presta mucha atención a cualquier punto oscuro. Busca también ocultas entre las patas y dentro de las orejas, lugares en los que se enganchan con mucha frecuencia.
Sigue leyendo para saber cómo quitar una garrapata a un perro con pinzas una vez que las has localizado todas. Antes de empezar, hemos de recordarte que lo hagas con suavidad, pero con decisión. Así evitarás que la cabeza se quede dentro y le pueda causar alguna infección.
- Echa un poco de alcohol sobre la garrapata.
- Levanta la garrapata con la pinza.
- Coloca la pinza lo más cerca posible de la piel, nunca tires del cuerpo.
- Tira lentamente de ella, pero de manera constante, hasta que haya salido. Nunca gires durante la extracción.
¿Qué hacer después de quitar una garrapata?
Ya te hemos enseñado cómo sacar una garrapata a un perro, pero aún has de hacer algo más. Una vez la has quitado, tienes que eliminarla. No puedes dejarla viva, son trasmisoras de enfermedades, tanto a humanos como a animales.
Para asegurarte de que ha muerto, has de aplastarla con fuerza. Son muy resistentes y no basta con un simple pisotón. Lo más probable es que al hacerlo salpique algo de sangre. Es muy infecciosa, así que protégete bien y no lo hagas nunca sobre tu perro para evitar el contacto.
Por último, tienes que desinfectar la herida que ha dejado la garrapata. Posiblemente caigan algunas gotas de sangre en la zona en la que estaba el parásito. Es normal y, además, ayuda a arrastrar la suciedad que podía portar este tipo de ácaro en su cuerpo. Quita los restos con una gasa esterilizada y con otra aplica un antiséptico. Observa la zona por unos días, así como la reacción de tu perro.
Ahora que sabes cómo quitar una garrapata actúa con rapidez. Cada día que pasa será más difícil y molesta de quitar. Equípate con todo el material que necesitas en tu tienda de mascotas y llévalo siempre contigo.
